El conejo de campo tiene un pelaje espeso y lanudo, con
coloración variable del pardo al gris, con tonos
amarillentos en partes occipitales y en los pies y el
vientre blancuzco. Su cabeza es redonda y sus ojos
grandes y negros, muy laterizados. Se caracteriza sobre
todo por sus largas orejas, muy grandes y estrechas, de
hasta 7 cm, más cortas que las de la liebre común y con
una banda negra. Su cola es una característica borla,
completamente blanca por debajo, que se distingue
fácilmente cuando el conejo huye. Las extremidades
posteriores están más desarrolladas que las anteriores y
no presenta dimorfismo sexual. Una manera fácil de
distinguir al conejo de la liebre, aparte de su menor
tamaño, es plegando las orejas hacia delante: en el caso
del conejo no sobrepasan el borde del hocico.
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